Un dolor de cabeza señala la tormenta que se avecina. Vino barato, mucha charla. Llueve. El llamado justo, un precinto violeta en mi muñeca. En el vip, un panameño cool; muy... como decirlo, muy latino. Latino al estilo Daddy Yankee. Dios nos libre. Buenos días.
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Sábado de pequeño escenario. Suena en la pista Con una rubia en el avión (inolvidable hit noventoso de los Ladrones Sueltos). Los amigos de mi hermano entonan cual himno futbolístico, al ritmo de aquella canción: "Con la hermana de Gazcón, directo a Brasil". La canción es para mí, y lleva ya dos o tres años rompiendo las pelotas. A mi hermano. A mí, particularmente, debo reconocer que me hace sentir algo así como una diva de culto. Diva de lo oculto. (Leáse el término como referencia al ocultismo que suele envolver los cuartos adolescentes.) Entonces bailo al calor de esa melodía. Y bailo toda la noche. Como Rita lo haría. Esperando un cachetazo. Cuánta, cuánta falta hace un Glenn.
Domingo otra vez de movimientos electromagnéticos. Acompañada por la prima hermana de los Ladrones. Derrochando algo de ese polvo de estrella(da)s con el que fuimos bautizadas. En la vidriera de una segunda planta. Como muñecas de Ibsen. O quizás como las de Mattel. Pero más cerca de las manos y más lejos de ser plástico. Buenas noches.
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Campaña de vacunación. Entro al vacunatorio y me preguntan la edad. La enfermera me cuenta que, a primera vista, le parecí menor de dieciocho o algo así, y me iba a decir que necesitaba el consentimiento de mis padres para vacunarme. La realidad es que tengo veintiuno, y mi solo consentimiento basta. Qué shock. Después me pregunta si estoy embarazada. Le digo que no, entonces me indica, "no podés donar sangre ni embarazarte hasta dentro de un mes y medio", y me aplica la vacuna. "Embarazarme hasta dentro de un mes y medio...", pienso. Cómo si fuera un plan próximo, ¡cómo si estuviera cerca de buscarlo! Gracias, pero paso. Voy a dejar que la vacuna se asiente bien, unos años más, no sea cosa que el nene me salga malito. Buenas tardes.
Sabatina. Hoy es noche de museos, no creo que pise ninguno. O por ahí. Suficiente con el archivo personal. La arqueología de fin de semana -con mucho que estudiar por delante- nunca fue recomendable. Diga NO a las excavaciones de domingo. "Hay que cambiar lo que no sirve". Buenas tardes.
Dormir mucho, ver pelis, revisar cuadernos. No saber dónde andarás, si te duele algo, si conociste a alguien. Buenas trasnoches.
