jueves, diciembre 13, 2007

Another time undone

"Hopelessly drift in the eyes of the ghost again. Down on my knees and my hands in the air again. Pushing my face in the memory of you again. But I never know if it's real, never know how I wanted to feel. Never quite said what I wanted to say to you, never quite managed the words to explain to you. Never quite knew how to make them believable. And now the time has gone. Another time undone. Hopelessly fighting the devil futility, feeling the monster climb deeper inside of me. Feeling him gnawing my heart away hungrily. I'll never lose this pain, never dream of you again".
The Cure, Untitled.
No creo en los fantasmas, pero que los hay... los hay. Cobran materialidad únicamente en sueños y, si la vida es sueño -contrariando a Calderón-, los sueños, vida son. Convirtiéndose también el soñador en una entidad fantasmal y difusa, en los sueños volvemonos todos la misma especie. El fantasma aterra entonces en condición de semejante, y sólo como tal, puede procurarnos heridas profundas, concretas, certeras. En días vacacionales como estos, donde la falta de obligaciones puntuales e impostergables, vuelven la vida un sueño eterno -un estado onírico de alpedismo febril-, la posibilidad de terminar siendo devorada por fantasmas, es defintivamente cosa de temer.
Como dijo hoy un señor arquitecto palermitano y pseudo-vietnamita (por opción o porque el orientalismo está de moda, quién sabe), refiriéndose a las dos primeras palabras que todo vietnamita pronuncia cada mañana al abrir los ojos... : "Bendigo despertar". Buenas trasnoches.

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