martes, agosto 07, 2007

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La dulce esquina. Los dulces veintidós. Mandarina y amapola. Desmayarse dos veces. Comer, comer, comer. La dejé, por fin. Monotema, doble entrada. Venecia. Chajá. Sol, Febo, fotos. Frío, más frío. Choque cultural. "Estrellado". La cañada, Lola. Es alemán. Villa General Belgrano. Cuando eramos chicos y no sabíamos que Don Otto podía ser un ex oficial nazi. Bob. Vino tinto, dos vasos. Mis bisabuelos eran alemanes. "¿Vas a comer, vos?". La abulia. Sol, que es Juan. Ese verano que fuimos todos juntos. Mate. En el lavatorio, agarrada del toallero. Córdoba. "Yo quería que te lo chapes antes de irte". El ritual. Lápices de colores. Cereza. Seré esa. Cuatro veces. "Estás saludable". Redonda. Petit gâteau. Cuatro mil seiscientos. Perú. Así es con todo. Da igual. "Cuando la veía correr con el cachorrito, no parecía de veintidós". Volver. Solas, amontonadas, invadidas. Desayunos. La noche circular. Rogar no desmayarme otra vez, rogar que se pase el efecto del ...

Un mendocino me contó que después de tirar la cadena, deberías salir corriendo. Aunque a veces cueste -demasiado- no mirar atrás. Buenas trasnoches.

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