The Fog
Que te vayas. Que ya no puedo ver por la mañana. Vos rodeándome tan húmeda, chocha, histérica. Y yo sin saber qué hubo antes, qué habrá después, de esa nube pegajosa y espectral. Por qué no lloverá de una vez, por qué no vendrá un viento huracanado a arrasar ese Buenos Aires que se impregna de tu olor. Porque olor a niebla es como gusto a agua. Un embole. Buenas noches.
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