miércoles, mayo 30, 2007

El mismo dolor

"Dos pérdidas en un año parece mucho", me dijo. Cuando me avisó, hace una noche, me acordé de cómo empezó todo. Es que cuando uno se entera de una pérdida, trata de volver al primer retazo de memoria que tiene de aquello que se perdió. Y cuando traté de acordarme de la abuela de Clari, inevitablemente me acordé del año en que la conocí. Siempre me pareció un buen año aquel. Empezábamos la facu, eramos re entusiastas, desconocíamos las crisis vocacionales, nos enamorábamos perdidamente de profes nada atractivos, etc, etc. Antes de irme por las ramas, como pasa cada vez que uno hace memoria, me vino a la cabeza una imagen en particular. Era un sábado a la mañana, no habíamos dormido casi nada. Estábamos en la casa de la abuela de Clari. Nos habíamos pasado la noche a café recalentado y mate en mal estado, tratando de estudiar para nuestro primer parcial de Ciencia Política, en el CBC. A pesar de los malestares estomacales varios, cumplimos con el ritual del desayuno, acompañadas por la dueña de casa. Mientras desayunábamos, mirábamos el casamiento del Príncipe Felipe de España por la tele. Y ella comentaba, encantada. Fue ahí cuando la abuela de Clari me hizo acordar muchísimo a la mía (que seguro estaba mirando lo mismo a un par de kilómetros de distancia). Pensé entonces que todas las abuelas se parecían en el fondo, y si no era así, al menos con las nuestras pasaba eso. Es por eso que hoy, creo que todas las nietas nos parecemos en el fondo. Y a todas nos duele saber que una amiga haya perdido a su abuela. Te quiero mucho, Clarita. Buenas noches.

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