miércoles, septiembre 20, 2006

Efecto colateral

Sábado, fiesta de disfraces. Yo, estatua de la libertad vestida para la marcha del orgullo gay. Comentario de mi blonda compañera (en la piel de una diva black & white): "No sé por qué, todos te están mirando". Y claro, la única cerca de perder la vergüenza al primer meneo, sostenía plumas y lentejuelas mejor que cualquier gualeguaychense, pero sin corsódromo a la vista. A través de otros ojos: "Estabamos pensando... ¿vos qué sos?¿algo así como chica de la nieve sexy?". Aclaro, tenía calentadores de peluche blancos. En fin, una mezcla entre Lara de Dr. Zhivago y el Bowie de Ziggy Stardust. Glamour.
Martes, parcial. Los fundadores de la sociología agradecen a la caja de Pandora Franchini el montón de plumas que se quedaron atascadas entre mis neuronas. Nunca el positivismo decimonónico se pareció tanto a aquel lejano hit de Erica García... Buenas noches.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta el título, suena a thriller (con Cuba Goodding),repasasando su anterior comentario (imagíne a un servidor de impecable smoking en plena marcha gay un par de pasos detrás suyo ) "tono discreto";- acáso a la señorita le resultaría conveniente apartarse un tanto de aquel caballero travestido, la srta. debe saber que tal caballero tiene un inequívoco aliento etílico si se me permite señalarlo .-
Plagiario.-

Anónimo dijo...

El anterior lo terminé medio abrupto sucede que la autoridad se acercaba inexorable, llamando a la realidad (se acercaba el jefe) mientras que yo el Sr. Stevens le comentaba cosas que ud. ignoraba olímpicamente (¿que loco, no?) todos en la marcha gay, mi jefe que me dice: ¿como llegamos acá? ¿y todos estos raros? ¿y vos que hacés de smoking?, ¿ud. que dice Milita?¿me discupo con este tipo por venir a la marcha del orgullo gay a cumplir mi fantasía de mayordomo? ¿y si ud. no me resulta Emma Thompson y arriba me quedo sin laburo?
Estoy cansado.-
Plagiario.-

Milita dijo...

Querido Sr Roba-historias, la Marcha del Pingüino es un fabuloso documental para un pseudo-servidor, pero no tan sentador como mi gay-pride parade. Su jefe puede quedarse cortejando bellísimas pingüinas emperadoras en aquel film, pero no le cuente de la marcha gay en la que usted es invitado de honor. Aunque, sepa ya, que si yo no le resulto Emma, la Mansión Howard se reserva el derecho de admisión y puede retornar en su smoking rentado al maravilloso documental, donde muchos otros vestirán como usted. Beso el punto final de sus oraciones. Hasta luego.