jueves, septiembre 11, 2008

El hambre II

Detrás de cada víctima, hay una concatenación de hechos fortuitos que la llevaron a convertirse en víctima. Detrás de cada amante, hay una concatenación de hechos fortuitos que lo llevaron a convertirse en amante. Y si fuera posible señalar, en cada uno de ellos, las coordenadas espacio-temporales del momento exacto en que fuera inscripto en el trazo de su recorrido aquel inevitable destino, hallaríamos, tal vez, la forma de modificar su acontecer en el futuro. Anticiparlos, prevenirlos, advertirlos. La incertidumbre del pronóstico, de los daños plausibles de ser evitados, de los tiempos no-vividos que merecen -o no- llegar a término. Así, como el despertarse una mañana esperando que la muela que dolía anoche no sea producto de los dulces que comimos a lo largo de nuestra vida, sabiendo con total certeza que, aún siendo advertidos del dolor acuciante que habríamos de sufrir en el futuro, los hubieramos comido igual. Buenas tardes.

martes, septiembre 02, 2008

Falta y resto

A los viajantes de fin de semana.
Siempre falta algo. De eso se trata la vida. De la no plenitud. La carencia encarna ese resto de vida que nos queda por vivir. Metas a corto plazo, vacíos que buscan ser llenados de manera tal que nunca estén llenos del todo. Nadie quiere morirse tan rápido.
Sin embargo, la experiencia suele nutrirse de pequeñas muertes. Un éxtasis intransferible. La gota que colma el vaso hasta hacerlo rebalsar, para luego dejarlo nuevamente incompleto. Ese momento en que nos encontramos dispuestos a entregarnos al definitivo encuentro de la Totalidad, sin ofrecer resistencia.

Alcanza con un par de horas, para morir mil veces. Buenas noches.