domingo, mayo 04, 2008

Cuadrilátero

Veamos. ¿Cuántas son las probabilidades, para un ser humano cualquiera -exceptuando a los profesionales del box y deportes afines, en todas sus categorías-, de verse arrinconado en una esquina? ¿Cuántas, cuántas son, tratándose en particular, de una esquina abierta? Una esquina de puntos de fuga que se prolongan in eternum, una esquina que despliega una multiplicidad de vías favorables a la estampida.
Datos estadísticos resaltarían que la probabilidad de tal acontecer, se vería exacerbada, especialmente, en aquellas latitudes donde la brecha entre pobres y ricos haya elevado las tasas de marginación social a cifras propensas al estallido de prácticas violentas. Mas no es ese el tipo de arrinconamiento al que intento referirme.
El humilde -no por ello, menospreciable- alcance de mis reflexiones, me acerca más a la idea del arrinconamiento asociado a un encuentro fortuito e impensado. Encuentro de quienes no se buscan (o, al menos, en el plano de la conciencia discursiva, no pueden dar cuenta de la búsqueda). Encuentro que se produce al azar, casi por designio astrológico, en una esquina del barrio porteño de Recoleta, en un día y horario en los que no se cruzarían ni las calles. Día y horario en el que jugando- feliz y contenta- con la tijera rosa, detuve a tiempo mi marcha hacia atrás y evité, milagrosamente, el filo de una más peligrosa. Volteé, ignorando el peligro que me circundaba, y lo vi. El tiempo se detuvo unos segundos para que lo observara, incrédula, de pies a cabeza. Efectivamente, la campana, el último round. Arrinconada. Sí. Otra vez, como hace poco. Otra vez. La tijera rosa en mano no fue suficiente para sortear la duda ni la poca velocidad de reacción. Ni eso, ni la lengua larga. Malintencionadamente, larga; reprochablemente, larga. Un largo, aparentemente, a prueba de tijeras.
Nuevamente, razones todavía sujetas a sendos análisis por venir, la probabilidad no fue pájaro en mano. Quizás los cien volando me sientan bien. Después de todo, encuentro de quienes no se buscan, no es encuentro al fin. Buenas trasnoches.

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