sábado, abril 05, 2008

Pink, it's my new obsession

La vida abunda en clichés. No importan los años de vanos esfuerzos en pos de evitarlos. No importa lo mucho que renegara del rosa en preescolar, cuando nos acercaban una caja repleta de tijeras de colores, y las desneuronadas de mis compañeritas se abalanzaban sobre las rosas -o, en su defecto, fucsias- mientras yo sólo dirigía mi búsqueda hacia alguna que cortase derecho, y no en zig-zag. Sé que en el fondo no se trataba de ir consciente y reflexivamente contra la corriente sino, más bien, debíase mi actitud al estar plenamente convencida de que la tijera rosa -porque era rosa- nunca llegaría a mis manos.
Se hace más que difícil batallar contra la idea de sí que una ha construido a lo largo de dos décadas de vagar errante por este mundo. Y de repente, cuando se cree que el déficit comercial de la propia historia de vida nos destinará a ser un rotundo fracaso de taquilla... la tijera rosa cae en nuestras manos. Misteriosamente, ya ni nos importa si es zig-zag, o si de verdad servirá para cortar.
Cae. Siempre cae. Y una se muere de miedo. Porque se se ha muerto antes, y sabe, también habrá de morir después. Buenas trasnoches.

No hay comentarios.: