miércoles, enero 31, 2007

Get back to where you once belonged


Volver. Me encanta llegar a Retiro. Es imposible no extrañar Buenos Aires. Viaje largo. Muchas y pocas fotos. Desiertos áridos, desiertos hiperforestados. Conté las provincias, fueron seis: La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut.
Si me preguntan, sigo eligiendo toda la vida el paisaje y la vida del noroeste. Cuyo es muy lindo, creo que falta conocerlo mejor. El sur es muy grande, muy verde, muy tristón. Igual es bonito, pero qué se yo. El primer amor es el primer amor.
Hubo soledades y promiscuidades. Macumbas, teorías, tardes de sol y de lluvias en cabañas hacinadas. Ni que hablar de la carpa palaciega que pesaba como un fortín. Ese amor que vuela en lo incierto de las telecomunicaciones, y obliga a la reescritura de la segunda parte de "Nueva Fiesta". Y vendrá. Paciencia, sentarse y decantar frente a la hoja en blanco.
Ha sido un placer andarlo todo junto a mi eterna compañera: casi como si tres años fueran tres siglos. Sabe que la quiero más que mucho y que el ahora devenido cafetero colombiano puede irse bien a la puta yerba mate que lo re mil parió. (Aclaro por enésima vez en treinta días: no somos pareja, esas son puras fantasías masculinas). Buenas tardes.

viernes, enero 05, 2007

Estrés pre-partida



Viernes de madrugada. En dieciséis horas emprendo mi travesía por algunas partes de Cuyo y la Patagonia. La mochila es enorme. La miro y me asusto. "¿Para qué todo esto?¿no es más fácil y cómodo irte a la cosssta?". Más liviano, seguro.

Por un rato, me arrepiento del frenesí mochilero. Una fiaca terrible. Pero ya está. Allá voy. Los pasajes en el bolso de mano, me espera un mes de carpas y kilómetros. Qué se yo.

Después de todo, creo firmemente que la liviandad no es una condición de la materia, sino del espíritu. Saludos, queridos fieles. Buenas (tras)noches.