miércoles, agosto 29, 2007

A Prusia con amor: de Bismarck a Koch

Luego de ver The black book de Verhoeven, y lejos de hacer cualquier análisis sustancial sobre la trama del film, desearía resaltar la soberbia performance del muy apuesto señor Sebastian Koch. Sin caer en la pobreza alquimista, positivista, o simplemente racista, de adjudicar sus gracias a una mera herencia étnico-genética, apreciar las dotes germanas de este intérprete en la pantalla grande es confirmar, una vez más, que existe -de verdad- un hombre orgásmico de sólo verlo. Ahora sí, señoras, toda resistencia posible queda circunscripta a agarrarse de la butaca con la fuerza de unas pinzas crustáceas, y suspirar por el único hombre capaz de convertir el alemán en lengua romance. Bajo. Muy bajo. Buenas trasnoches.

3 comentarios:

Virginia dijo...

Ja ja ja...

ojo! el alemán correcta y oportunamente pronunciado por un native speaker puede remover más tripas que el viejo y querido francés, el inglés y el castellano rioplatense (tan de éxito últimamente entre las jovenes europeas). Doy fe.
saludos guapa, como siempre tu blog un sitio lindo de visitar

Milita dijo...

Introduzca al native speaker, por favor! Si es la mitad de lindo de lo que es el señor Koch... dejaré que remueva mis tripas con total libertad. Saludos.

Anónimo dijo...

La verdad es que es un verdadero hombre con el cual cualquier mujer seguro tendria infinidad de fantasias, despues de ver el libro negro quiero saber todo sobre este hermoso actor.